A propósito del "acontecimiento" de Las Ventas.
Saludos
y buenas tardes. La verdad de la fiesta, pese que nunca se ha ido, ha
vuelto a asomarse a la sociedad con lo ocurrido el pasado martes en
la primera plaza de toros del mundo.
El
hecho de la suspensión de la corrida de esa fecha, por estar todos
los toreros en la enfermería al finalizar la lidia del segundo toro,
ha sido portada de periódicos y titular de informativos de casi
todas las cadenas de televisión. David Mora, Antonio Nazaré y
Jiménez Fortes, tuvieron que ponerse en manos de los galenos. Los
tres en apenas media hora. Algo que no ocurría en esa plaza desde el
año 79.
Algo
que llama la atención, y que parece insólito. Para el conjunto de
la sociedad un hecho llamativo, de mofa, burla, chiste fácil o
anécdota.
Para
los aficionados, una muestra más de la grandeza de la fiesta. Una
fiesta que, en la primera plaza del mundo, es quizá más fiesta.
Porque en Las Ventas no se permiten concesiones. No se aguantan
pantomimas. No se toleran medias tintas. Como dijo Mora tras la
cogida, o por la enfermería, o por la puerta grande.
Como
escuché decir una vez, y ahora que se aproxima viene a colación, San Isidro es como
el Mundial del toreo. Todos van a Maracaná, a ganar el título.
Nadie va a empatar. Y el que pierde, pierde de manera estrepitosa.
Con
el hecho del martes, y teniendo presente el dolor y la gravedad de
las cornadas, sobre todo la de David Mora, se revive la grandeza de
la fiesta.
A
algunos, estas palabras pueden parecerle frívolas o poco humanas.
Como va a engrandecer la sangre...pero la sangre es la verdad del
toreo. Es
el elemento que nos demuestra que no es un juego lo que hace el
torero en el ruedo. Que cuando se sale a una plaza, se sabe a qué se
va.
Además,
ha sido una semana en la que han fallecido otros dos profesionales
del toreo al otro lado del charco.
Pero
no se debe dramatizar tampoco. A menudo escuchamos como mueren
pilotos de motos, de coches, alpinistas o participantes en otras
actividades. Y se asume como un riesgo al que se exponen éstos.
Permitanme
que también, y salvando mi deseo de que ningún torero resulte
herido, respetemos la voluntad de los que sabiendo a lo que
se arriesgan, asumen esa responsabilidad y se juegan la vida en busca
el triunfo y en la búsqueda de su expresión vital, la de emocionar
con el toreo.
En
ocasiones, y a pesar de que a muchos aficionados, como a usted, que
nos está escuchando, llegue a hartarle el bombardeo de noticias cada vez que un torero es cogido y no cuando triunfa, quizá también
esto sirva para dignificar y hacer más real si cabe la verdad del
toreo. Tan verdad como que se pierde la vida en ella.
Los
toros de Jaén en la Onda. Comenzamos.
Cogida de David Mora en Madrid.20/05/2014. Foto: abc.es
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